viernes, 13 de mayo de 2011

Salvador (Puig Antich)

Ayer nos enfrentamos con la España de los 70, con los últimos coletazos del franquismo y la sentencia de muerte al anarquista Salvador Puig Antich. La película fue dura y provocó opiniones muy diferentes. Al final, todos estábamos un poco conmocionados por el desenlace.

Algunos comentasteis que ya no podría ir a España sin pensar que los hechos que cuenta Salvador habían ocurrido sólo 30 años antes. Para otros, lo verdaderamente terrible era no sólo la pena impuesta, sino el método de ejecución, el garrote vil. A algunos os sorprendió que el régimen franquista utilizará la ejecución a Salvador Puig Antich como venganza por el asesinato cometido contra el presidente del gobierno, el almirante Carrero Blanco.
También hablamos de la memoria histórica y de cómo en España todavía es difícil resolver temas como el de los cadáveres que no han podido ser recuperados por los familiares. Incluso alguno de vosotros aludió a la inhabilitación del juez Garzón.
Hubo quien comentó que no había entrado en la película y que le parecía un poco reiterativa y que la música no era la apropiada. Para otros, el saber el desenlace final le hizo ver la película de otro modo, casi con desesperanza.
En definitiva, parece que la película ha sido la que más debate ha provocado. Creemos que a ello ha contribuido nuestra visión previa de otras películas como Los santos inocentes.

Os dejamos el enlace que nos ha enviado Marco en el que se explica por qué se denegó la petición de  revisión del juicio.

También podéis ver de nuevo la presentación y enviarnos vuestros comentarios y preguntas. Que disfrutéis de todo:


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con la crítica de Carlos Boyero: los muy primeros minutos no me han tan convencido como el resto de la película que es muy muy buena. Todos los actores son excelentes. Aunque las actrices lo sean también, “Salvador” es una película de hombres. Los personajes masculinos son primordiales. Enhorabuena a Manuel Huerga que ha elegido los actores adecuados para los papeles y que por encima de todo ha rodado una pelí muy fuerte sin caer en el dramón. Daniel Brühl es excepcional. Deja pasar muchas emociones. Tristán Ulloa tiene gran sensibilidad también. Durante la película, pensé “Me habría gustado que ese abogado haya luchado más.” Pero ¿qué habría podido hacer más contra una dictadura? Claro que Ulloa transmite la fragilidad e impotencia de su personaje en este caso injusto y terrible. El personaje de Leonardo Sbaraglia me ha interesado también. Era buena idea que el deporte era la clave de su evolución. Me ha gustado que el padre no pudiera reaccionar. Claro que una guerra o un encarcelamiento bajo un régimen dictatorial cambia una persona. Su silencio dice más que cualquier palabra.
    A lo contrario de una de nosotros, no me ha sorprendido que el régimen franquista haya utilizado la ejecución a Salvador Puig Antich como venganza por el asesinato cometido contra Carrero Blanco. En aquellos casos, en aquellas circunstancias, desgraciadamente alguien tiene que pagar. La cobardía y la vileza de los hombres, especialmente de los “actores” de regimenes dictatoriales o durante guerras ya no está por demostrar. Además, tal hechos son más fuertes y numerosos al fin de regimenes dictatoriales o de guerras. El saber del desenlace no me ha molestado. Creo que era para prepararnos al método de ejecución. El hecho de oír el ruido de la preparación de la escuadra mientras mirando otra escena fue algo muy fuerte para mí.
    En conclusión, aparte de “El Ángel exterminador”, “Salvador” es la película de ese ciclo que me ha gustado más hasta ahora. Creo que es muy importante que películas tal como aquella existan por preocupación de memoria. Para mí, es imprescindible para que las nuevas generaciones de quienes formo parte y que tienen suerte nunca haber conocido personalmente la guerra o la dictadura tengan una consciencia política.
    Me gustaría agradecer a José y Ángel por la elección de las películas porque nunca podemos quedarnos fríos y ella nos permite también entender la sociedad española o latino-americana. Claro que las pelís nos gustan o no. Pero eso es la clave para obtener reacciones y alimentar los debates. Tal vez el éxito de aquellos es porque se trata de películas non felices. Me parece difícil provocar debates sobre películas felices aunque me gustaría también ver películas menos duras. Pues, chavales, os desafío que propongan un ciclo entero de películas felices que no obstante permitirán debates.

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