Ayer nos las tuvimos que ver con Martín (hache), la película de Adolfo Aristarain y, aunque desgraciadamente no hubo mucho tiempo para contarnos todo lo que nos sugería, sí que nos dio la oportunidad de comprobar algo que el propio director dice de su película: todo su sentido está en lo que sucede, en lo que se ve, en lo que se muestra. No hubo más intención que contar parte de la historia de cuatro personas a las que les cuesta vivir. Por eso se nos hizo cercana, porque quizás en estos tiempos que nos invaden a todos de alguna u otra manera nos cueste vivir. Quizás también, como alguno de vosotros sugeríais, porque amar no es algo fácil, sino que requiere esfuerzo y dedicación, y parece que nuestros protagonistas han abdicado de esta obligación.
Para que podáis leer y reflexionar tranquilamente sobre la película y el director, os proponemos que naveguéis por la presentación y que penséis, después de haber leído el texto que os entregamos, el papel que juega el Asesino Difuso en la construcción de la película. Esperamos ansiosamente vuestros comentarios: